Chivo expiatorio

"Ser Presidente de Mexico es uno de los trabajos mas dificiles del mundo. Mira que darle gusto a 110 000 000 de perfectos ignorantes, es algo que ni todo el dinero del mundo compensa."

A diferencia de muchos niños de mi generacion, yo no queria ser Presidente. Mis sueños infantiles se enfocaban en ser policia. Lo anterior se lo debo a dos cosas: El cine de accion y a que madure antes de tiempo.

Por aquellos ayeres, el tristemente celebre "Salinismo" me alertaba de los peligros de ser Presidente. "Pinche enano orejon" -escuchaba reclamar a los adultos- por el "Error de Diciembre."

Peor aun fue darme cuenta de que "El presidencialismo", aquel endiosamiento que el PRI alimento fuertemente en la decada de los 70's, era un arma de doble filo. Por un lado estaba el endiosamiento propiamente dicho, era algo asi como hacer reverencia con "Señor Presidente" en boca. En el extremo opuesto estaba la ira popular alimentada por la ignorancia, esa que nos hacia (y aun hace creer a algunos sectores) pensar que la utopia llegara por mandato de un solo hombre.

No, no, no... Llegar a la Residencia oficial de Los Pinos no es algo que quisiera hacer en la vida aunque se me presentara la banda presidencial en bandeja de plata. Simplemente eso representa un suicidio (si se tiene conciencia).

Si algun dia llego a tener un primogenito, tengan por seguro que le dire estas sabias palabras: "Hijo mio, si alguna vez, por la razon que sea, por esa loca cabeza tuya cruza la idea de ser Presidente, creeme, te desheredo y te desconosco."

A final de cuentas, todo padre quiere lo mejor para su hijo.

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